La nueva energía

 


        La energía eólica representa un avance para el medio ambiente. Distintas compañías, han entendido cómo este método de energía no solo puede alivianar la carga en contra del medio ambiente, sino los seres humanos ven como buenos ojos una nueva metodología de energía. ¿Qué tiene que ver esto con el COVID-19?, claramente la energía consumida en los hogares a raíz del virus, representan un aumento exponencial con base al consumo de este servicio. Las industrias no dan abasto para saciar la demanda de todos los consumidores, ya que la demanda se esperaba que aumentara en un 83.4% y tuvo un aumento de 93.5%. Esto quiere decir, que hay que encontrar alternativas que permitan saciar de cierta forma la alta demanda y, a su vez, ser amigable con el medio ambiente.


        El COVID-19 ha representado una de las mayores causantes de quiebra para la economía empresarial. Los altos costos de salarios, la adquisición de productos, la reducción en las horas laborales, son una de los mayores causantes de que la producción se haya visto afectada. De igual manera, los seres humanos hicieron un mayor uso de la racionalidad, teniendo en cuenta el aumento a 21.2 millones de desempleados, para comprar lo mínimo posible en artículos y utilizar ese dinero para alimentación a la espera de cómo continúa la pandemia. Las redes sociales han ejemplificado como el mercado se ha trasladado a la virtual, incluso, ofreciendo paneles solares con una alta eficiencia y calidad. Sin embargo, no todo puede ser bueno, y es que el cambio de lo tradicional, que conocemos a cómo va a actuar, a otro método tiene sus costos.


        La cruda realidad es que la energía eólica trae beneficios equiparables a la tradicional. Asimismo, esta energía puede incluso valer el doble a la tradicional. ¿Qué implicaciones trae esto?, que así como se infiere que es más costoso, adaptar la infraestructura para que esta forma de energía funcione, los costos para que las personas adquieran esta energía son elevados. Por lo cual, un 35% de la población estaría dispuesta a pagar por ello, mientras que el otro 65%, no. Y en la economía pandémica que nos encontramos, la posibilidad de invertir en algo que de forma explícita no nos afecta, aunque de forma implícita si, que es el cuidado de la naturaleza. En ese caso, los Estados deberían ser los mayores partidarios para incentivar a los ciudadanos a adaptarse a unas herramientas con el fin de mejorar la vida del planeta, sin afectar de manera drástica su economía.


Escrito por: Jorge Daniel Rodríguez Ruiz


Referencias:


Noticia: https://www.acciona.com/es/energias-renovables/energia-eolica

Imagen: https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/colombia-aprueba-licencia-ambiental-para-su-primer-proyecto-de-energia-eolica-de

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