Oro parece...

 El oro es un material que ha jugado un rol central en nuestra civilización. Pretender explicar la historia de nuestra economía sin utilizar el oro es imposible, pues gracias a este metal precioso es que los sistemas de trueque y de comercio lograron desarrollarse para dar paso a las complejas redes transaccionales que existen actualmente. Aunque en un comienzo, el metal era visto como la base de la economía, luego de la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods con la devaluación del dólar durante la guerra de Vietnam, se abandonó el estándar de oro y se revolucionó el orden económico mundial. Así, este material pasó a ser un activo de cobertura contra el dólar y la incertidumbre, usando su valor especulativo como refugio en los principales mercados financieros.

Es gracias a esta posición de la que ahora goza el metal, que durante las crisis económicas suele ser un activo muy cotizado, pues el dólar americano y el oro son valores inversamente correlacionados. Otro de los factores que le dan seguridad a este activo financiero es la compra continúa por parte de los bancos centrales, quienes son una de las principales fuentes de apoyo para el precio del oro. Y, por último, el componente oferta-demanda debido a la sobredemanda que existe en el mercado del metal precioso, generada a partir de los efectos del estallido de la burbuja del oro en 2013.

Este año no ha sido la excepción. Con la recesión y el desaceleramiento económico causado por el COVID-19, uno de los activos que más han buscado los inversores es el oro. Solo en los primeros 2 meses de la cuarentena, un activo que suele ser extremadamente estable y seguro subió 18%, y hoy ha alcanzado sus máximos históricos sobrepasando los $USD 2.000 por onza o lingote. Una de las principales consecuencias de esta alza ha sido el aumento en la ya desbordada demanda por el oro. Lo que a su vez ha llevado al mercado a extralimitarse en la adquisición, explotación y comercialización de este recurso.

El oro, al igual que todos los demás materiales en este planeta, es un recurso limitado. El Consejo Mundial del Oro estima que a lo largo de toda la historia se han extraído aproximadamente 190.000 toneladas del metal precioso, lo que representa un 77% de las reservas mundiales disponibles. Con el ritmo de extracción actual de unas 3.400 toneladas por año, se creen que este recurso podría agotarse en la tierra en tan solo 20 años. El aumento en la demanda causado por la inflación en los precios ha impulsado la minería para que haya la suficiente oferta para mantener la estabilidad del mercado. Aunque pueda parecer algo inofensivo, esto podría tener consecuencias devastadoras en nuestro medio ambiente.

Un informe publicado la semana pasada por el World Resources Institute (WRI) reveló que las operaciones de minería ilegal en la cuenca amazónica han aumentado significativamente desde el inicio de la pandemia. Esto sumado a la gran cantidad de concesiones mineras otorgadas más que todo por Perú, Brasil y Colombia en el Amazonas, amenazan no solo con degradar 450.000 kilómetros cuadrados de selva, sino también con tener un impacto significativo en el 20%, o más específicamente con 1.131 comunidades indígenas en ella.

 


Zonas de minería ilegal en la cuenca amazónica.

Imagen tomada de: https://es.mongabay.com/2019/01/mapa-mineria-ilegal-amazonia/

Las actividades mineras son un peligro para el bienestar y el derecho de la autodeterminación de las comunidades indígenas que tradicionalmente han habitado la zona. Con cada concesión minera se vulneran más los derechos de estas comunidades, y pierden el control sobre el manejo de recursos que históricamente han sido suyos y de la selva. Además de esto, la falta de control estatal hace que las actividades de minería ilegal se aprovechen de la vulnerabilidad de los indígenas para su explotación laboral. 

El reporte de la WRI demostró que las zonas donde estas comunidades se ven afectadas presentan tazas de hasta 3 veces el nivel de deforestación que en zonas donde las comunidades indígenas siguen teniendo el control de su territorio y manejan sus recursos. Los problemas ambientales y del Antropoceno se deben ver de forma integral y con nuevos enfoques que integren a todos los actores involucrados. Es así como el aumento del oro gracias a las dinámicas de nuestro sistema económico puede llevar a la degradación de la selva tropical más grande e importante del mundo, y amenazar a miles de comunidades indígenas con la destrucción de los ecosistemas en los que se han desarrollado.

En conclusión, como ciudadanos no podemos externalizar los costos e ignorar las consecuencias de los procesos que rigen el mundo contemporáneo. Cuando un inversor decide comprar lingotes de oro para asegurar su capital en tiempos de incertidumbre financiera, tiene que pensar en las comunidades indígenas que se van a ver afectadas en el Amazonas gracias al límite de los recursos en nuestro planeta. Lo que oro parece... plata no es.

Por: Tomás Villescas Botero

Referencias:

Semana, S. (2020, October 07). 1.131 territorios indígenas amazónicos están amenazados por la minería. Tomado de: https://sostenibilidad.semana.com/impacto/articulo/mineria-amenaza-20-por-ciento-de-las-tierras-indigenas-en-la-amazonia/56200

El precio del oro se dispara en tiempos de COVID-19 y sigue siendo un valor de inversión sólida a pesar de la volátil situación actual, según BDO. (2020, Septiembre 15). Tomado de: https://www.lawyerpress.com/2020/09/15/el-precio-del-oro-se-dispara-en-tiempos-de-covid-19-y-sigue-siendo-un-valor-de-inversion-solida-a-pesar-de-la-volatil-situacion-actual-segun-bdo/

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