El asesinato del amazonas
La deforestación del Amazonas brasileño es sin duda alguna un golpe a la madre naturaleza. El actual mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, con su inmensa capacidad de sarcasmo que se refleja en la toma de decisiones estatales, ha sido él participe de uno de los mayores atentados en contra de una fuente vital para la subsistencia del ser humano, el Amazonas. La Amazonía perdió aproximadamente 2,5 millones de hectáreas en solo un mes, esto sin duda alguna es una cifra alarmante que refleja como ha existido poca actividad de reacción para mitigar este fenómeno. Añadido a esto, se perdieron 9.762 kilómetros cuadrados en 12 meses, cifra que tuvo un aumento del 30% en el último año. De acuerdo a las cifras y acontecimientos alarmantes, faltaba la cereza del pastel: la llegada de un virus mundial.
El covid-19 en algunos casos ha generado conciencia sobre los comportamientos irracionales que se tienen en contra del medio ambiente. Sin embargo, las decisiones estatales por parte del mandatario brasileño acrecienta lo que se ve claramente como la inseguridad de muchos y la seguridad de pocos. Su eje de acción es evidente que no tiene en cuenta las civilizaciones que habitan en el Amazonas. Este busca forjar alianzas con países como Japón para continuar la explotación y deforestación del Amazonas, las muertes de indígenas crecen de forma exponencial. La tasa de mortalidad de los indígenas habitantes en el Amazonas brasileño es el doble del resto que habita en las ciudades del país. Se estima que se han confirmado más de 2.460 casos de COVID-19 dejando un saldo de 252 muertes, teniendo un aumento en la tasa de mortalidad de 9,6% a comparación con la tasa nacional que es de 5,6%.
Las civilizaciones indígenas que habitan en las periferias de muchos países siempre se han visto enfrentadas a un nivel de segregación socio espacial a gran escala. En Brasil esto no iba a ser la excepción, ya que como primera medida se busca atentar contra el hogar de unas civilizaciones indígenas presentes en el área, sin proveerles ningún tipo de ayuda. Dejando de lado aspectos culturales, políticos y sociales, el Amazonas es la fuente de vida que provee oxígeno al ser humano y así mismo se le quiere destruir. De igual forma, los indígenas son seres humanos con los mismos derechos que cualquier otro, sin embargo, no se ve un despliegue de ayuda sanitaria para el tratamiento y control del COVID-19 en sus respectivas aldeas.
Por lo cual surge el interrogante, ¿hasta qué punto se puede someter el ser humano por intereses económicos?. Esta pregunta surge a raíz de que la deforestación iniciada en el Amazonas tiene unos fines lucrativos de expansión industrial por grandes compañías. Además, de que un despliegue sanitario para cubrir todas las aldeas indígenas para el tratamiento del virus genera un gasto económico en la red hospitalaria. Con impotencia, queda más que evidente expresar que no hay peor arma que pueda acabar con el ser humano, que las decisiones del mismo. En Brasil no hay garantías de vida para el ser humano, ni para el ecosistema natural en el mandato de Bolsonaro.
Escrito por: Jorge Daniel Rodríguez Ruiz
Referencias:
Bibliografía:
AA. (21 de 06 de 2020). La deforestación y el COVID-19, las amenazas a la vida en el amazonas brasileño. Obtenido de AA: https://www.aa.com.tr/es/mundo/la-deforestaci%C3%B3n-y-el-covid-19-las-amenazas-a-la-vida-en-el-amazonas-brasile%C3%B1o/1885092
Imagen obtenida de: https://www.aa.com.tr/es/mundo/la-deforestaci%C3%B3n-y-el-covid-19-las-amenazas-a-la-vida-en-el-amazonas-brasile%C3%B1o/1885092
Hola Dani
ResponderBorrarMe parece muy interesante tu reflexión, con respecto al impacto del Amazonas en las comunidades indigenas. Brasil no es la excepción, los indigenas se encuentran agrupados en las periferias del país.
Pareciera que la misión de COVID-19 es dejar a flor de piel la dura realidad de las desigualdades, las zonas mas pobres de Brasil de convirtieron en las más vulnerables en la pandemia. Es necesario, hacer un llamado de reflexión en esta comunidad porque un día sin trabajo es un día sin comida, lavarse las manos con agua y jabón es muchas veces un lujo dado que carecen de los servicios de saneamiento básico y que conseguir alcohol o desinfectante en gel es casi imposible.
Hoy en día se concentra una mayor mortalidad e incidencia de casos en las regiones del norte y nordeste de Brasil, dos de las locaciones más pobres. Los estados de Sao Paulo, Río de Janiero, Ceará, Penanmuco y Amazonas habían apenas comenzado a sentir el impacto de la pandemia. Pero especificamente, en el estado de Amazonas fue el más vulnerable y bajó en inmunidad de las comunidades indígenas, con sus precarias condiciones de servicios de salud y vida.
¿Cómo es posible que en medios de comunicación es común escuchar las denuncias de los precios abusivos no solo del alcohol en gel sino también de los alimentos de la canasta básica?